miércoles, 13 de octubre de 2010

Practically Perfect


 Es pronto, lo sé. Sólo llevan tres capítulos, tampoco se me escapa. Pero en Dexter confío. Confío porque de cuatro temporadas nos ha dado tres excepcionales y una algo más baja pero aceptable. Confío porque Dexter siempre consigue sus objetivos. Y a parte de matar, en lo que nunca falla es en ofrecernes ficción de la buena. El tercer capítulo de la quinta temporada es, sencillamente espectacular. No hay más adjetivos. Y a partir de aquí, peligro de spoilers.

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Tenía miedo. Lo reconozco. La tercera y cuarta temporada habían sido insuperables. La cuarta tuvo un final  impactante: la muerte de Rita, esposa de Dexter. Quedaban por delante varios meses de esperara para descubrir qué le depararía en esta quinta sesión a Morgan, convertido en un padre viudo con tres hijos.  Y El primer capítulo fue bueno, pero raro. Raro porque, por momentos, me pareció más propio de Six Feet Under, la grandísima serie que el propio Michael C. Hall protagonizó. De hecho, el momento en que Dexter entraba a la funeraria, con cierto aire a la de los Fisher, tuvo mucho, pero que mucho morbo. Pero el tema es que fue un capítulo muy reflexivo, con un Dexter totalmente perdido que sólo al final del episodio logra explotar y comenzar a ver las cosas claras.
 
 

En el segundo capítulo, la serie vuelve por sus fueros y comienza a encarrilar el argumento de la temporada, que, por supuesto, ya habían dado pequeñas pinceladas en el primero. Así, vamos viendo cómo Joey Quinn comienza a relacionar a Dexter con Kyle Butler, el nombre que tomó el propio Dexter para hacerse amigo de Trinity, el asesino de la cuarta temporada. En este tercer capítulo, además, parece que Quinn disipa todas sus dudas e incluso llama a un amigo suyo del FBI para que le deje hablar con la familia. Problema para Dexter.

Problemas tienen también Laguerta y Batista. Los recién casados, parece que van olvidando la tontería de que la teniente cobra más que Batista (menos mal que este no va a ser la trama para la pareja) y una pelea en un bar puede acabar con Batista inhabilitado y en la cárcel. Este, además, no lo sabe. Sólo ha sido informada Laguerta. Interesante, interesante.
 
 Debra, a parte del polvo de aquí te pillo aquí te mató que echó con Quinn, que cuenta los días desde que ocurrió para convencer a Debra de echar otro (curiosa estrategia de ligue, si funciona me la apunto), se está metiendo de lleno en un caso de asesinatos religiosos. A priori. A priori porque lo mismo encontramos luego drogas, armas, mujeres o tramas satánicas bien gores. Porque el aspecto con el que quedan las cabezas he de reconocer que me encanta. Súper gore. Así que tercera trama magnífica abierta y con nueva compañera latina para Debra. Veremos qué aporta.

Pero lo mejor, por supuesto, tiene que ver con Dexter, que para algo es el protagonista. Nuestro admirado asesino (nunca pensé usar ese adejtivo delante de la palabra asesino) ha vuelto a matar en este tercer capítulo Siguiendo el código, claro. Que en el primer episodio ya se cepilló a uno que pasaba por allí... Pero  la cuestión es que de tan ansioso que estaba, ha cometido un pequeño error. Vaya por delante, que me ha encantando el momento en que víctima y verdugo se anestesian a la vez y cómo, posteriormente, Dexter le da caza de nuevo al recogedor de animales muertos con afición a matar mujeres y tirarlas en cubos a una charca. Una afición de lo más común. Pero al margen de extrañas aficiones, Dexter es visto durante su ritual por una mujer que su víctima (el recogedor de animales muertos) tenía encerrada y que, imaginamos, iba a matar. Por lo que Dexter se convierte en su salvador.
 
  El problema, lo bueno más bien, (de aquí mi exaltación) es que así concluye el capítulo. Con Dexter intentando tranquilizar a la pobre mujer, todavía con el cuchillo ensangrentado en su mano. ¿Matará Dexter a la joven? Seguro que no. Dexter no es así, tiene un código. Y claro, aquí se abre la trama principal y de una forma inmejorable. Sin olvidar, por cierto, a Harrison y su nueva niñera. Que por alguna razón no gusta a Deb. Pero lo importante es, ¿guardará esta nueva chica el secreto de Dexter de buena gana? ¿Habrá que amenazarla? ¿Le agradecerá que la haya salvado? ¿Quedarán a tomar cafés y se enamorarán? ¿Le echará Dexter un polvo y luego contará los días que pasan hasta que vuelvan a echar un quiqui?

Ni lo sé, ni me importa. Me dejaré sorprender. Porque Dexter nunca defrauda y, porque cada temproada que pasa, Dexter es, al igual que el título del 5x03, Practically Perfect.             



2 comentarios:

  1. Coincidimos en que Dexter nos va a regalar un peazo de temporada, o al menso tiene todos los ingredientes. Qué ganas de que llegue el lunes jeje

    Saludos y gracias por tu comentario en mi entrada!

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  2. Sííííí, la temporada va a ser buena. Ya leí tu artículo y ya sabes, creo que coincidimos absolutmante en todo. No es para menos, ¡las cosas pintas fenomenal!

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