jueves, 9 de diciembre de 2010

La carcajada de la muerte










He tardado en escribir esta entrada sobre la tercera temporada de la que fue una de mis series favoritas, Sons of Anarchy. Digo la que fue, sí, porque le han pasado otras que pujan más fuertes. Ya hice una crítica demoledora a mitad de temporada. Algo ha mejorado, sin duda. Incluso, Sons of Anarchy a medio gas sigue siendo superior a muchas series. Y no hablemos de si mete quinta, como en el capítulo final. Pero de las rentas no se puede (bueno, sí puede pero no debería) vivir. (TEXTO LLENO DE SPOILERS)

No es aceptable, por ejemplo, que les cueste siete capítulos arrancar. Tengo la sensación de que podría haber visto únicamente desde el séptimo capítulo y no me habría perdido nada de interés. ¿Qué tenemos entre medio? La innocua e innecesaría trama de Gemma con su padre. La lenta, muy lenta, búsqueda del hijo de Jax. Únicamente se salva el arranque, con la muerte de medio huevo y el ayudante de sheriff David Hale. Por cierto, una lástima porque me gustaba este personaje y daba mucho juego. Y Por último, la trama imprescindible de Jax y Tara, que amagan con romper hasta dos veces sin consecuencia alguna. La primera vez se reconcilian sin más. Y la segunda, tras todo el follón, no quedaba alternativa. Qué bonito son los reencuentros.

El personaje de Chibs ha cobrado más importancia esta temporada.
Sin embargo, ya he dicho que esta serie sigue siendo superior a la media, aún sin pasar de la tercera marcha. En Belfast la cosa cambia. Tenemos a Jack torturando para encontrar a su hijo. A Clay asesinando a sangre fría a uno de los miembros fundadores por traición, sin resistencia. Con un beso en la mejilla y un empujón que lo lanza de la azotea al pavimento. También me encantó el intento del sargento de armas irlandés, Liam, de hacer saltar por los aires a todo SAMCRO con un camión bomba.
No me gustó, sin embargo, el increíble lío de idas y venidas con el IRA. Me daba la impresión de que estaba todo forzado, demasiado enfarragado. Los guionistas querían forzar la máquina, dar un órdago y complicar más las cosas. Pero sin sentido. ¿Alguien se esperaba, en la primera temporada, que un club de moteros acabara involucrado de semejante manera con el IRA? A mí no me ha parecido natural. Sí forzado. Pero todas las incoherencias de guión y aspectos inexplicables ya se ha tratado en otros blogs con acierto y no voy a repetirme más.

Si quiero señalar, por último, que cuando SOA mete quinta es imparable. Lástima que lo haga tan poco. Pero el último capítulo fue espectacular. Grandioso. ¿Incoherencias? Alguna, pero para corregir otras anteriores. Una incoherencia genera otra, y otra y otra. Por eso, yo he preferido, simplemente, disfrutar. Disfrutar de esa escena final con el hey, hey, my, my. Apabullador.
No podía dar crédito de la fuerza del final. Casi me emocioné y todo. Primero con Wayne Unser. el jefe de policía. Cómo deja la placa, se fuma un porro de marihuana y, con su cáncer a cuestas, se hace cómplice de un doble asesinato a sangre fría. Aparece el autobús del colegio con Chibs, Opie, Piney y Kozik. El primero elimina a Jimmy O. Con dos cuchillos le corta la cara y luego lo asesina al estilo de IRA. Dibuja, con la sangre de Jimmy, incluso, la cruz de los terroristas en la luna del coche.
Opie, con una calma interior aterradora ejecuta a Stahl. No hay otro nombre. Es una ejecución.

Gran, gran escena.
Y llega el momento. Los aspirantes, con sus motos en la carretera, el viento soplando, se situan a la par del camión y comienzan a tronar sus bocinas. Libres. Libertad, pese a estar arrestados en el camión. Y Tig, cómo no, el más loco de todos, comienza a descojonarse. Le siguen todos. Excepto Boby, que mira al cielo relajado, cansado. Todo ha salido bien, y aún así la que les espera. Nos la habían colado. Jack no es un soplón. El club renuncia al acuerdo. Prefiere la cárcel. Pero serán libres. Acaban de cometer un doble asesinato sin piedad. Y les entra un ataque de risa. Tienen por delante unos 14 años de cárcel. Y les da igual.

Sólo por esta escena, merece la pena ver toda la temporada. Yo, simplemente, me limito a dar gracias por semejante capítulo, que se me ha quedado gravado y ya he visto dos veces entero. Y, por supuesto, le daré una oportunidad a su cuarta temporada. No tengo esperanzas de que SOA vuelva a ser lo que sea. Pero si por un casual, se les vuelve a escapar una joya como está, ahí estaré. Y, una vez más, volveré a dar gracias.

martes, 30 de noviembre de 2010

Una carcajada por capítulo

Modern Family, la gran revelación de la temporada pasada, no me está defraudando para nada en su segunda temporada. Ocurre, eso sí, un fenómeno curioso. Es una serie que me produce una carcajada por capítulo. Una. No más. No me digáis por qué.

Con esto no digo que el resto del capítulo no sea gracioso. En absoluto. Pero la mayoría de gags me hacen sonreír, que no reír. Me recuerda, en este sentido, a dos comedias de mi infancia. Bueno, creo que la de toda España. Cosas de Casa y El príncipe de Belair. No eran para partirte todo el capítulo, pero eran entrañables.

Ui... Se ha quedado encerradito en el Castillito...
Pues bien, Modern Family, de alguna manera, es entrañable. ´No tiene nada que ver con las dos series que acabo de mencionar, eso lo sé. Para empezar, la propia estructura de la serie, forma de hacerla (con esas cámaras moviéndose todo el rato) y las tres familias a cada cual peor de la cabeza... Sin embargo, los finales tienden a tener ese toque entrañable, de amor de familia, que hace que me recuerden a Cosas de Casa y El príncipe de Belair. Esta serie, por así decirlo, ha evolucionado, pero mantiene (perdón por la palabra inventada) ese entrañabilismo.

Volviendo a lo de la carcajada por capítulo, he de decir que casi todas las provocan la pareja gay, Mitchell y Cameron. Ya en el primer capítulo de la segunda temporada, cuando PEQUEÑITO ESPOILER Mitchell está encerrado en el castillo de Lily y entra un pájaro y se pone a chillar como un loco, me partí. Una carcajada de las buenas. Lo mismo en el tercer capítulo, cuando Mitchell finge estar celoso y rompe la rana que tan poco le gusta de Cameron. FIN DE PEQUEÑITO ESPOILER.

"Mujeres..."
Y sin embargo, he aquí la contradicción, no son mis personajes favoritos. Mi predilecto es Manny. Con su café todas las mañanas y sus problemas con las mujeres. Sus comentarios de adulto pero sus creencias de niño. Y cómo Jay alucina con el chaval. Me encanta.

La otra familia, la 'tradicional', también me gusta. Phill me provoca constantemente vergüenza ajena, pero es bastante gracioso. Y luego la madre, volviéndose loca con sus hijas no está nada mal. Pero está claro que el pilar es Phill.

Conclusión. Una carcajada por capítulo. Que no es poco.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El arte de recomendar series

Ayer descubrí Supernatural. Me gustó el piloto y hoy me he visto otro capítulo. Pero no voy a hablar de esta serie. Sino del noble y arriesgado arte de recomendar series. Así escubrí yo esta serie y otras muchas. ¿A quiénes debéis un agradecimiento por las recomendaros grandes series?


Qué difícil es recomendar series de televisión...
Por ejemplo, la propia Supernatural me la recomendó Nahum. Tiene muy buena pinta, llevo ya tres capítulos y creo que me va a gustar. Otra de las que sigo y me encanta es Stargate Universe. Esta me recomendó un colega de la universidad pero no le hice caso. Hasta que vi esta entrada publicada por Molti Santi. Gracias a los dos. Grandísima serie.

Pero no sólo vía blogs descubres grandes series. Que por supuesto. El boca a boca es fundamental. Stargate SG-1 me lo recomendó mi prima cuando tenía 16 años. La grandísima The Wire, la descubrí en un artículo de La Vanguardia, que siempre leo cuando me voy de vacaciones a la playa.

Recomendar es algo dificilísimo. Yo tampoco me considero un experto de la series de televisión. Pero como veo unas cuantas y quiero comentarlas, las voy recomendando a mis conocidos para primero, que disfruten, y, segundo, poder hablar de ellas. Así, te comes la cabeza para acertar. A ver, a este coelga mío le gusta la acción... ¡Sons of Anarchy! A mi prima le gustan las series lentas y profundas... ¡Six Feet Under! Por cierto, esta maravillosísima serie la descubrí vía Hernán Casciari en esta magnífica entrada de su blog. Una de las mejores de toda la blogosfera. Y la mejor, sin duda, que habla sobre Six Feet Under.

Este señor loco ha escrito el mejor post sobre Six Feet Under

Al recomendar series te arriesgas. Pueden no gustar. A mí me ha pasado. Imagino que a casi todos. Y albergas dos sentimientos encontrados. ¿Cómo no le puede gustar esta maravilla? Y un, vaya por Dios, ahora no me hará caso con más series...
Pero aún así lo sigues haciendo. Porque si tú disfrutas con las series, quieres que también lo hagan los demás.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Yo me quedo con... versión original, subtítulos y doblaje

El tema del doblaje de las series es una excelente manera de poner a dos personas a debatir durante horas para que, al término de la discusión. Cada uno siga en sus trece. Por eso, no voy a hacer ningún alegato a favor o encontra. Sólo quiero exponer un hecho curioso del que me he dado cuenta, que House no me gusta en versión original.

Lo siento, doctor. Pero en inglés no le entiendo
¿Qué me ocurre? La explicación es sencilla, pero se extiende a otras series que veo o he visto. Comencé a ver House en su primera temporada, en Cuatro. De eso hace ya siete años y por entonces no era un seriéfilo como ahora. Así, esta serie la fue viendo a ritmo de España, conforme la emitía Cuatro. El año pasado, harto de anuncios y con House como única reminiscencia de mi pasado televisivo (¿ahora sería internetnitivo?), me vi la sexta temporada por internet, pero esperando a que los capítulos salieran doblados. Este año no pude esperar, y la he estado siguiendo en versión original. Con subtítulos, claro, que uno con el inglés uno se defiende más mal que bien.

Y aquí aparecen dos problemas. Primero, las voces se me hacen raras. Que no malas. ¿Gracias a qué? A que House es una serie excelentemente doblada. He de reconocer, además, que el doblador de House es una de mis debilidades, me encanta esa voz. Y, en segundo lugar, los subtítulos que he encontrado son bastante malos. Vaya por delante, en ningún momento quiero meterme con todas las personas colaboradoras que hacen los subtítutulos altruistamente. Es más, les agradezco su labor infinitamente. Pero una cosa no quita la otra y seguir a House con subtítulos es bastante decepcionante. Cuando hablan de enfermedades a toda velocidad, no me entero de nada, menos aún que cuando hablan en español. Y un montón de comentarios graciosos de House no están bien traducidos y te encuentras con frases rarísimas, con escaso sentido en el idioma de cervantes. Es español, sí. Pero no se entiende. Conclusión, a esperar a que la doblen.

Os tuve que ver doblados, chicos. Vuestros diálogos me lo exigían
Pero claro, dándole a la materia gris, me he dado cuenta de que no es, ni mucho menos, la primera vez que me pasa esto. Recientemente, con la grandísima, enorme e incomensurable Studio 60 me pasó igual. El primer capítulo que bajé, para más inri, los subtítulos estaban algo desfasados y con un español macarrónico. ¿Cómo ver una serie de Aaron Sorkin, basada en el diálogo, con subtítulos desfasados y mal traducidos? Imposible, y la vi doblada. Bastante bien doblada, por cierto. Afortunadamente, los dobladores de España son muy buenos.
Más ejemplos. El Ala Oeste de la Casa Blanca. Por los mismos motivos. Incluso, Six Feet Under y, por desgracia, The Wire. Esta última muy, muy, muy mal doblada. Una auténtica puta mierda, y perdón por la expresión. Pero, una vez más, no me acabaron de convencer los subtítulos y bastante difícil es seguir The Wire, como para hacerlo sin enterarte de la misa la mitad.

Verte doblada, hermosa, es un crimen contra la humanidad

Pero vamos ahora al caso contrario. Aquellas series que son pecado verlas dobladas. (Vale, lo sé, The Wire es pecado, pero uno no sabe inglés...) Por ejemplo, mis tres comedias de la actualidad favoritas. Modern Family, How I Meet Your Mother y The Big Bang Theory. La primera, verla doblada es quitarle toda la gracia. Especialmente a Gloria Pritchett, la colombiana. HIMYM es también pecado y de los gordos. Barney y Marshall no tienen nada que ver, por citar a los dos actores que más pierden cuando doblan su voces. Y The Big Bang... la he visto de las dos maneras y, simplemente, te la cargas. No hace gracia. Sheldon con esa voz que le ponen parece retrasado y los otros tres friquis son menos graciosos.

¿Más ejemplos? Dexter, me cambié de español a versión original. Gran acierto, en Miami mucha gente habla castellano y en la serie también. Incluso, en esta quinta temporada, hay un interrogatorio en el que un poli hispano interroga a un venezolano. La poli americana no se entera de nada y se lo van traduciendo in situ. ¿Cómo doblas eso? Muy, muy difícil.

Creo que esta foto no necesita comentarios...
Pero no quiero que nadie se ofenda. Aquí solo va una reflexión. Me he parado a pensar y he visto que incluso yo mismo tengo incongruencias. Por lo general, soy un arduo defensor de la versión original. Pero luego, veo un montón de series dobladas. C'est la vie.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

The Walking 'Diez'

La primera vez que leí (por encima) sobre The Walking Dead ni tan siquiera me llamó la atención. Luego me enteré que era AMC quien iba a desarrollar el proyecto. Y poco a poco, fui viendo la gran expectación que generaba. Casi de histeria colectiva. Un servidor se propuso, entonces, no enterarse de nada. Desconocer por completo la trama (de los comics), los autores, los guionistas, nada. Y esperar al estreno para juzgar. Nada de complejo Eiffel, como bien escribe Nahum. ¿El resultado? Estoy emocionado.

Los plano dejan mucho aire alrededor del personaje para transimitir la soledad de un mundo arrasado
El piloto de The Walking Dead me ha conquistado. Es más, desde el primer segundo, sin exagerar, ya estaba maravillado. La primera escena, con el protagonista andando por el campamento desolado y nuestro primer encuentro con los zombies es genial. 
Porque una de las cosas que más me ha gustado de The Walking Dead es la propia trama. Una enfermedad mata a la gente que vuelven en forma de zombies. Y no sabemos cómo ni por qué, puesto que nuestro protagonista ha estado en coma durante el desarrollo de estos acontecimientos. De hecho, tampoco conocemos el tiempo durante el que ha ocurrido todo esto. La única pista son unas flores que le regalan a Rick Grimes (el prota) mientras está en coma cuando parece ser que todo estaba bien. Sin embargo, al despertar, las flores están secas y están perdiendo sus pétalos.

En ese intervalo de tiempo los zombies han arrasado el pueblo donde Rick Grimes ejerce de ayudante de Sheriff. Confuso, malherido y sorprendido sale de la habitación y contempla cómo el hospital ha sido arrasado. Al igual que el pueblo entero. Lo primero que ve es el cadáver de una mujer que ha sido deborada por los zombies. Luego, una misteriosa puerta que avisa "no abrir, muertos en el interior", que está cerrada con un candado para evitar que salgan los monstruos, de los que sólo oímos sus gemidos y vemos sus manos. Esta escena, por cierto, me ha parecido genial.

Como también ha sido fantástica la primera aparición de una zombie, que no tiene piernas y se arrastra por el suelo. Más tarde, al final del episodio, la busca para matarla mientras le dice: "Lamento lo que te ha pasado". Durante esta escena, además, se alternan imágenes de otro gran momento del episodio. Un padre, que se oculta con su hijo en una casa del pueblo, comienza a disparar a los zombies con un rifle de mira telescópica. Intenta atraer la atención de uno de ellos en especial. El zombie de su mujer. Quiere matarla, librarla de la pesadilla. Pero no puede. Llora y chilla de frustación. Y el zombie se escapa.

He aquí el agradable zombie sin piernas
Precisamente, siguiendo con las cosas que me han gustado. Cuando Rick se oculta en la casa de esta pareja, la zombie en cuestión (la mujer del francotirador) intenta entrar en la casa. Rick la observa por la mirilla de la puerta mientras se acerca y, cuando comienza girar el picaporte, vemos un plano fenomenal del ojo de Rick, de perfil, cómo mira poco a poco hacia abajo. Sólo se ve el ojo (la pupila) que se gira hacia abajo. Y a uno que es un poco snob/pedante, le gustan estas cosas.

Pero al margen de las grandes escenas, hay que decir que se nota que AMC ha invertido en el piloto. Los decorados sin inmejorables. Las calles vacías pero llenas de papeles, el tanque de Atlanta, el hospital patas arriba... Además, juegan muy bien con las tomas, muchas grabadas desde lejos, con mucho aire alrededor de los personajes, que muestra y te sumerje en la soledad que envuelve a los protagonistas.

El miedo, ya que estamos en el género del horror, no es para que gritemos como colegialas viendo The Ring en el cine. Sin embargo, tiene varios momentos de máxima tensión que sí te ponen nervioso. Pero no es de sobresaltos. Cuando la zombie se acerca a la casa, poco a poco, y gira el picaporte de la puerta, es un momento de tensión fabuloso. Pero además, el mero hecho de ver a los protagonistas moverse por edificios abandonados, y calles absolutamente desiertas, ya es aterrador de por sí.

Vas tan tranquilo por Atlanta, giras una calle y ... ¡Sorpresa!
Por otro lado, que nadie se deje desilusionar por el argumento. Tranquilos los amantes de la no violencia y morbo gratuito. No es una serie de matar zombies. Ratatatatatatata y esófagos, vísceras y sangre por todos los lados. En absoluto. Sí que puede que alguna escena sea algo más asquerosilla. Pero son pocas y necesarias. Te ayudan a entrar en el mundo desolado que es The Walkind Dead.

Para concluir, hay que destacar la adicción que esta serie parece que va a ejercer sobre todos nosotros. Como ya he dicho, no es una serie de matar. Sino de intriga y descubrir. ¿Qué ha pasado? ¿De dónde vienen los zombies? ¿Dónde está la gente? ¿Hay algo parecido a un Gobierno? Incluso los finales de cada capítulo, parece que van a ser de infarto. El de este lo es. Con esa llamada por radio: "Eh, el del tanque, ¿lo pasas bien?". Y termina. ¿Quién ha visto la escena y le llama por radio? ¡No sé pero quiero saberlo! No me perderé el próximo capítulo. Este ha sido magnífico. Diez de diez.

domingo, 31 de octubre de 2010

1x10 = 4x06

Tranquilos. Ahora mismo os resuelvo la ecuación del título. 1x10 = 4x06 significa que el último capítulo de The Big Bang Theory es basura. Pero basura de la mala. Sí, ya sé que últimamente parezco un poco gruñón tras el palo a Sons of Anarchy (por cierto, ya son dos capítulos acumulados y dentro de poco serán tres), pero este episodio ha sido pésimo en varios sentidos. Me explico.


Este capítulo no me gusta mucho...
El 4x06 de The Bib Bang Theory es de los poquísimos, puede que el único, capítulos que no me ha hecho soltar aunque sea una carcajada. Más aún, no me ha hecho ni esbozar una sonrisa. Los chistes eran sosos, las referencias friquis escasas de gracias y el capítulo en sí muy paranoico, sin ningún sentido ni orden (como suele ser costumbre) pero sin pizca de humor. Soso como él solo.

El problema no iría a mayores, un capítulo malo lo puede tener cualquier serie, si no fuera por la alarmante falta de ideas que este capítulo ha dejado latente. Si hacemos memoria, nos daremos cuenta que esta trama ya se utilizó en el capítulo 1x10, y con bastante más gracia.

Espoilers                                                         Espoilers                                                     Espoilers

El 1x10 narraba la historia de cómo Leonard mentía a Penny para no ir a verla actuar en un musical. Sheldon se veía obligado también a mentir y se montaba una paranoia personal sobre que su mentira tenía poco peso y los iban a descubrir. Así, se monta una coartada con actores incluidos en su piso, que si su primo estaba de visita y tenía tal enfermedad... Un show. Y sobre todo, muy gracioso y original.


En el 1x10, Sheldon contrató un drogadicto para crear la "coartada perfecta"
El 4x06 es más de lo mismo. Leonard se acuesta con la hermana de Raj y Sheldon se entera. Leonard, por supuesto, pide que le guarde el secreto y Sheldon, cómo no, insta a inventar una buena coartada. Sólo que en esta ocasión no es graciosa y no es original. Se han copiado a sí mismos. Y esto es lo que más me preocupa.

Porque una serie tiene derecho a tener un capítulo malo. Los guionistas son seres humanos y una semana puede pillarles el toro y elaborar un mal episodio. Este lo es, por cierto, que no os quepa duda. Como ya he dicho, los chistes son bastante malos, no hacen gracia. Ni las referencias friquis, ni los vaciles, ni las excentricidades de Sheldon. Y, para colmo, repiten la faceta de Sheldon de que no saber mentir, pero sin gracia.

¿Recordáis este capitulón?
La pregunta que me atemoriza es clara. ¿Está muriendo The Big Bang Theory? A mí me encanta, pero no soy tan fanático como para no darme cuenta de que las dos primeras temporadas fueron mejores que la tercera, aunque esta última me siguiera gustando. También me pareció muy bueno el primer capítulo de la cuarta, no así los siguientes, que han ido perdiendo fuelle hasta caer al abismo en el 4x06. Porque, joder, ¡qué capítulo más malo!

Yo, sinceramente, espero que haya sido un tropiezo aislado. Que se pongan las pilas y nos sigan haciendo disfrutar con las excentricidades y situaciones disparatadas de estos cuatro friquis locos. Aunque el miedo ya se me ha instalado en el cuerpo...

sábado, 30 de octubre de 2010

La hora de la nostalgia II: Studio 60

Obra de arte, en mayúsculas, porque Aaron Sorkin lo volvió a hacer. Volvió a crear una serie basada en el diálogo y desarrollada en un ámbito muy concreto que nos muestra a la perfección. Si en El Ala Oeste de la Casa Blanca nos acercaba al mundo de la política estadounidense, en Studio 60 nos relata con todo lujo de detalle cómo se realiza el típico programa con un invitado, actuaciones en directo y gags cómicos.


Los actores del programa de televisión Studio 60
Pero antes de comenzar a hablar de sus virtudes, dejadme empezar por lo único negativo que he encontrado a Studio 60. Que sólo tiene una temporada. Son veintidós capítulos, y quieres más. Muchos más. Ojalá tuviera cien, doscientos, trescientos episodios o, aún mejor, no terminase nunca. Porque, amigos, Studio 60 va directa a mi top de los tops.

Comencemos, pues, con sus maravillosas virtudes. La primera es que, pese a terminarla de ver ayer con maratón incluido de seis capítulos, estoy barajando muy seriamente volverla a ver. Desde el principio y desde hoy mismo ¡Porque es maravillosa! Es inteligente, sacarcástica, irónica, romántica por momentos, crítica  (muy crítica) con el mundo que describe y tiene unos personajes que te enamoran desde el primer día. Carisma es poco. El cariño que les coges es espectacular. Por eso, precisamente, te emocionas y sufres con ellos desde el principio.

¿Pero de qué va Studio 60? Studio 60 es un programa de televisión que mezcla squetches de humor, con música en directo e invitaciones a artistas destacados. Su productor ejecutivo, muy quemado, explota en el primer capítulo porque el comité de ética no le deja emitir nada que realmente sea crítico. Así, rabioso, sale en directo en un squetch y comienza a despotricar contra la televisión. Que si los que la ven son idiotas, que sus jefes son unos hijos de puta, que este programa da asco... Un discurso, por cierto, apasionante y muy, pero que muy interesante.



Los miembros de producción alucinan con el discurso del jefe (al fondo) cabreado


Pero claro, es despedido. Y así comienza la serie, con la llamada de la nueva jefa de la cadena de televisión,  Jordan McDeere, a Danny Tripp (Bradley Whitford) y Matt Albie (Mathew perry). Danny será el nuevo productor ejecutivo del programa. Matt el jefe de guionistas. Ambos, mejores amigos en su vida, fueron despedidos hace cinco años de Studio 60 precisamente por emitir un squetch 'irrespetuoso'. Pero la nueva jefa de la cadena, Jordan, quiere volver a inculcar un sentido crítico al programa.

Así comienza la serie. Aparecerán muchos personajes más, como los tres actores principales del programa, Tom Jeter, Simon Stiles y Harriet Hayes. Esta última Harriet, dará mucho juego. Es ex novia de Matt. De hecho, han roto y vuelto decenas de veces. Pero no es un culebrón empalagoso. Todo lo contrario, sus discusiones son rápidas, irónicas, cargadas de humor y, sobre todo, representan una de las esencias del programa: la ideología. Matt es de izquierdas, ateo, militante demócrata. Y le encanta burlarse en su programa de la derecha, los religiosos y los republicanos.
Harriet, sin embargo, es profundamente religiosa. De valores más conservadores y, claramente, tendiendo a la derecha. De este modo, sus diálogos son contínuas discusiones pero, como he dicho, cargadas de humor, simpatía y profundas. Aunque alguna que otra tiene un poco más de cargo dramática.

El resto de personajes encarnan a la perfección el estilo de Aaron Sorkin. Sus diálogos y relaciones van cargadas de ironía y humor. Sus conversaciones son rápidas, casi siempre en movimiento, pues si algo no les sobra es tiempo. "Ahora vivimos aquí", dice Danny en un capítulo. No le falta razón.



A la izquierda Matt Albie, jefe de guinstas y a la derecha, Danny tripp, productor ejecutivo
Esta es otra de las grandes virtudes de Studio 60. Desengrana el mundo televisivo. Ojo, esta serie no es un documental, sería más bien un ensayo. Sorkin se queda agusto, vamos. Crítica la intolerancia y los comités de ética, que no dejan emitir nada que pueda ser mínimamente ofensivo y ataca a la histeria por las audiencias, ocasionada por el gran poder que tienen los anunciantes. Arremete también contra los Reality Shows y contra los directivos que sólo se guían por el dinero. E incluso da palos a la administración Bush con la guerra de Afganistán (con una serie de capítulos muy pero que muy emotivos) y, por supuesto, a los religiosos intolerantes. Que a nadie le quepa duda. Sorkin tiene que ser ateo por necesidad.

¿Por qué? Porque Sorkin no sólo pone su alma y sus creencias en Studio 60, sino que, además, se incluye. A nadie se le escapa que él es Matt Albie, el guionista jefe. Matt, al igual que Aaron, escribe el guión prácticamente solo, sin ayuda de otros guionistas. "No viene del mundo de la tele", dice Danny Tripp de él. Igual que Aaron, que no empezó con la tele y, por lo que pude leer, no dejaba a nadie que le ayudara con el guión de El Ala Oeste. Igualmente, Matt bebe y en algunas capítulos toma pastillas para escribir. Aaron es ex adicto, aunque haya tenido alguna que otra recaída. Y por último, las creencias de Aaron son las de Matt. Ateo, de izquierdas, democráta y muy pero que muy crítico con la televisión de masas y las empresas de televisión, que se guían por la inmediatez de la audiencia y el dinero de la publicidad.


Un reloj indica a Matt el tiempo que queda para emitir el nuevo programa
¿Significa esto que si eres creyente y de derechas no te va a gustar la serie? En absoluto. Porque Aaron critica, pero no hace un ataque despiadado y falto de respeto. Precisamente, la serie muestra la 'censura' desproporcionada sobre cualquier tema que pueda ofender a cualquier persona. Por ejemplo, como crítica de esto, en uno de los esquetches que quieren emitir sitúan a Jesús como encargado de decidir si algo es ético o no.
¿Y te gustará si no eres un friqui del mundo de la televisión y de la comunicación? Ya lo creo. Porque Studio 60 es mucho más. Es pasión e inteligencia. Crítica al mundo que nos rodea y, a la vez, humor e ironía. Y, además, sus personajes te conquistan desde el principio.

Harriet presenta al invitado de Studio 60... el actor Masi Oka, Hiro Nakamura en la serie 'Héroes'
Recapitulando. Tenemos una serie con grandes personajes, diálogos inteligentísimos, irónicos y llenos de humor, una relación entre los protagonístas muy, pero que muy intersante y, por último, una serie muy adictiva. Terminas un capítulo y quieres ver otro. Y aunque la temática de la serie sea la del mundo de la televisión, los personajes sufren acontecimientos 'inesperados' y llenos de espoilers que le dan ese plus a la serie que hace que Studio 60 sea una súper producción de la televisión. El tiempo, espero, la colorá en su lugar. La situará en el olimpo de las series, como se merece.