jueves, 9 de diciembre de 2010

La carcajada de la muerte










He tardado en escribir esta entrada sobre la tercera temporada de la que fue una de mis series favoritas, Sons of Anarchy. Digo la que fue, sí, porque le han pasado otras que pujan más fuertes. Ya hice una crítica demoledora a mitad de temporada. Algo ha mejorado, sin duda. Incluso, Sons of Anarchy a medio gas sigue siendo superior a muchas series. Y no hablemos de si mete quinta, como en el capítulo final. Pero de las rentas no se puede (bueno, sí puede pero no debería) vivir. (TEXTO LLENO DE SPOILERS)

No es aceptable, por ejemplo, que les cueste siete capítulos arrancar. Tengo la sensación de que podría haber visto únicamente desde el séptimo capítulo y no me habría perdido nada de interés. ¿Qué tenemos entre medio? La innocua e innecesaría trama de Gemma con su padre. La lenta, muy lenta, búsqueda del hijo de Jax. Únicamente se salva el arranque, con la muerte de medio huevo y el ayudante de sheriff David Hale. Por cierto, una lástima porque me gustaba este personaje y daba mucho juego. Y Por último, la trama imprescindible de Jax y Tara, que amagan con romper hasta dos veces sin consecuencia alguna. La primera vez se reconcilian sin más. Y la segunda, tras todo el follón, no quedaba alternativa. Qué bonito son los reencuentros.

El personaje de Chibs ha cobrado más importancia esta temporada.
Sin embargo, ya he dicho que esta serie sigue siendo superior a la media, aún sin pasar de la tercera marcha. En Belfast la cosa cambia. Tenemos a Jack torturando para encontrar a su hijo. A Clay asesinando a sangre fría a uno de los miembros fundadores por traición, sin resistencia. Con un beso en la mejilla y un empujón que lo lanza de la azotea al pavimento. También me encantó el intento del sargento de armas irlandés, Liam, de hacer saltar por los aires a todo SAMCRO con un camión bomba.
No me gustó, sin embargo, el increíble lío de idas y venidas con el IRA. Me daba la impresión de que estaba todo forzado, demasiado enfarragado. Los guionistas querían forzar la máquina, dar un órdago y complicar más las cosas. Pero sin sentido. ¿Alguien se esperaba, en la primera temporada, que un club de moteros acabara involucrado de semejante manera con el IRA? A mí no me ha parecido natural. Sí forzado. Pero todas las incoherencias de guión y aspectos inexplicables ya se ha tratado en otros blogs con acierto y no voy a repetirme más.

Si quiero señalar, por último, que cuando SOA mete quinta es imparable. Lástima que lo haga tan poco. Pero el último capítulo fue espectacular. Grandioso. ¿Incoherencias? Alguna, pero para corregir otras anteriores. Una incoherencia genera otra, y otra y otra. Por eso, yo he preferido, simplemente, disfrutar. Disfrutar de esa escena final con el hey, hey, my, my. Apabullador.
No podía dar crédito de la fuerza del final. Casi me emocioné y todo. Primero con Wayne Unser. el jefe de policía. Cómo deja la placa, se fuma un porro de marihuana y, con su cáncer a cuestas, se hace cómplice de un doble asesinato a sangre fría. Aparece el autobús del colegio con Chibs, Opie, Piney y Kozik. El primero elimina a Jimmy O. Con dos cuchillos le corta la cara y luego lo asesina al estilo de IRA. Dibuja, con la sangre de Jimmy, incluso, la cruz de los terroristas en la luna del coche.
Opie, con una calma interior aterradora ejecuta a Stahl. No hay otro nombre. Es una ejecución.

Gran, gran escena.
Y llega el momento. Los aspirantes, con sus motos en la carretera, el viento soplando, se situan a la par del camión y comienzan a tronar sus bocinas. Libres. Libertad, pese a estar arrestados en el camión. Y Tig, cómo no, el más loco de todos, comienza a descojonarse. Le siguen todos. Excepto Boby, que mira al cielo relajado, cansado. Todo ha salido bien, y aún así la que les espera. Nos la habían colado. Jack no es un soplón. El club renuncia al acuerdo. Prefiere la cárcel. Pero serán libres. Acaban de cometer un doble asesinato sin piedad. Y les entra un ataque de risa. Tienen por delante unos 14 años de cárcel. Y les da igual.

Sólo por esta escena, merece la pena ver toda la temporada. Yo, simplemente, me limito a dar gracias por semejante capítulo, que se me ha quedado gravado y ya he visto dos veces entero. Y, por supuesto, le daré una oportunidad a su cuarta temporada. No tengo esperanzas de que SOA vuelva a ser lo que sea. Pero si por un casual, se les vuelve a escapar una joya como está, ahí estaré. Y, una vez más, volveré a dar gracias.

2 comentarios:

  1. Solo he leído el primer párrafo porque es una serie que me gustaría ver algún día. Eso sí, cuando vaya más desahogada con el resto de series.

    Saludos

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  2. Harás bien viéndola. La primera temporada es absolutamente alucinante. De lo mejor que he visto.

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